El rol de los datos en el Manifiesto IFLA para Bibliotecas Públicas 2022
En el marco del 87º Congreso Mundial de Bibliotecas e Información de IFLA que se celebró en Dublin del 26 al 29 de julio, se presentó la edición del Manifiesto para Bibliotecas Públicas IFLA/UNESCO 2022.
Julián Marquina en su artículo “Manifiesto IFLA/UNESCO por la Biblioteca Pública 2022», una poderosa herramienta para la defensa de las bibliotecas” explica que esta nueva edición reexamina el papel de la biblioteca pública en la actualidad. Justamente:
“Se hacía necesario incluir los cambios en la tecnología y la sociedad para garantizar que esta herramienta siguiera reflejando las realidades y las misiones de las bibliotecas públicas de hoy. Es por eso por lo que en 2020 la IFLA abrió una consulta para que el personal bibliotecario participara en el cambio. Al año siguiente, y tras recoger más de 600 respuestas, la IFLA trabajó con la UNESCO IFAP en un nuevo texto que estuviera en consonancia con la labor de la UNESCO de promover el acceso a la información y el conocimiento para todos”.
Me gustaría resaltar uno de los ejes de acción que introduce el Manifiesto IFLA/UNESCO en el apartado sobre Funcionamiento y Gestión que resulta fundamental en un contexto donde los datos son los protagonistas y que dice así:
“Ongoing research should focus on evaluating library impact and collecting data, in order to demonstrate the societal benefit of libraries to policy makers. Statistical data should be collected long-term, as the benefits of libraries within society are often seen in subsequent generations”.
Siguiendo este principio, pero con una visión más abarcadora entiendo que las bibliotecas deberían sumarse a las iniciativas de datos abiertos existentes, publicando los datos que generan como parte de sus actividades diarias. Esto permitirá ser parte de uno de los pilares fundamentales del gobierno abierto que es la transparencia, base fundamental para avanzar hacia la participación ciudadana y la colaboración. Por otro lado, la recolección y el posterior análisis de los datasets permitirá visibilizar el rol de las bibliotecas públicas en la comunidad, evaluar el impacto de sus servicios, redistribuir los recursos, introducir cambios en la política de desarrollo de la colección, entre otros.
Para concluir me gustaría resaltar que las bibliotecas tienen mucho para aportar en el movimiento Open, no sólo participando de las iniciativas de apertura asumiendo diferentes roles como se mencionó en el párrafo anterior, sino también formando parte de actividades donde la inteligencia colectiva permite crear servicios y/o productos innovadores, diseñando programas de alfabetización en materia de datos y contribuyendo a ampliar la ciudadanía digital.
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